Se trata de un smartphone top, con gran pantalla de 6,7 pulgadas, triple cámara en la trasera y un diseño renovado que me ha parecido muy atractivo.
Otros puntos fuertes del equipo son la tasa de refresco de su pantalla de 120 Hz con un sistema automático para variar la respuesta según el uso que le demos al smartphone, capacidad de grabar vídeo en resolución 8K para verlo en todo lujo de detalles en las teles que tienen este nivel de detalle o la calidad de la cámara para selfies, capaz de enfocar con mucha finura incluso cuando hay movimiento detrás de ti. Esta ha sido mi experiencia con el Samsung Galaxy S21+ con opiniones sobre lo mejor y lo peor del móvil.
UN DISEÑO QUE ENAMORA, PERO SIN CARGADOR
A estas alturas, que el diseño de un móvil te encandile no es fácil. Y no porque los móviles actuales sean feos, todo lo contrario. Se ha llegado a un nivel de finura muy grande en los acabados de los teléfonos, tanto por sus materiales como por formas y colores. Por eso cuesta tanto sorprender o diferenciarse del resto. El Samsung Galaxy S21+ es capaz de hacerlo, gracias a la forma novedosa en la que se dispone su módulo de cámaras trasero. Como es habitual, sobresale del resto de la carcasa, pero en esta ocasión lo hace en un módulo metálico. Este módulo se integra muy bien con los laterales metálicos del móvil. Y, además, no queda artificial sobre la carcasa como si fuera un pegote, sino que crea una sensación muy atractiva y consigue que no te importe este extra de grosor. Por cierto, es curioso que el flash quede fuera de este módulo, perforado en la carcasa justo al lado. Me imagino que se ha hecho de este modo para mantener la armonía de los tres sensores perfectamente alineados de forma vertical.
PANTALLA DYNAMIC AMOLED 2X
Ya he mencionado que te llevas una pantalla grande con el Samsung Galaxy S21+. Y tanto. Sus 6,7 pulgadas dan para mucho. Además, hay que remarcar que la cámara delantera está perforada directamente en el panel, por lo que apenas se roba espacio para visualizar vídeos y películas. Este panel tiene la tecnología Dynamic AMOLED 2X, que es un panel OLED mejorado de la compañía coreana. Las principales novedades respecto a los años anteriores de pantallas Super AMOLED de otros años son, por un lado, un mayor brillo (hablamos de un porcentaje que no es grande, de cerca del 15%) y una mayor precisión del color y compatibilidad con HDR10+, esta certificación que usan muchas teles y que asegura unos colores más vivos y cercanos a la fuente original. Pero, sobre todo, uno de los puntos que más deberían interesarte es la reducción en la emisión de luz azul a casi la mitad. Esta puede ser causante de que tengamos problemas a la hora de dormir y una mayor fatiga visual. Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que pasamos mirando a la pantalla del móvil, es algo muy a tener en cuenta.
POTENCIA Y MEMORIA
El Samsung Galaxy S21+ está alimentado por un procesador SNAGDRAGON 888 Lo más interesante es que está fabricado en una estructura de 5 nanómetros, lo que deberían hacerlo más eficiente que los chips de muchos competidores. No obstante, en la práctica no he visto eso traducido en una mayor autonomía, como explicaré después. Este procesador esta unido a una memoria RAM de 8 GB y a una memoria interna que puede ser de 128 GB o 256 GB
En el día a día, este conjunto cumple con creces, y además se combina con los 120Hz de la pantalla para darte un rendimiento visual más fluido. He probado juegos modernos que tienen más exigencia como el Fortnite o el Asphalt 9 sin que se produzca ningún corte o bajón durante el juego. Lo cierto es que llegados a cierto punto de potencia es difícil encontrar algún tipo de traba a la hora de trabajar con el teléfono o jugar. El rendimiento del teléfono cuando lo sometemos a una batería de pruebas como la de GeekBench 5 tampoco deja dudas: 3.049 puntos en el rendimiento multinúcleo y 783 puntos en rendimiento a un núcleo.
Hemos puesto a prueba la memoria interna del Samsung Galaxy S21+ a través de la batería de pruebas de A1 SD Bench. Los resultados no dejan lugar a dudas, con velocidades de lectura de hasta 1004,58 MB/s y de escritura de 510 MB/s. Son valores muy altos que aseguran que podremos llevar a cabo transferencias de archivos pesados sin problema y acceder más rápido a los datos y archivos del teléfono.
CAMARA PRIMER NIVEL
Vamos con las cámaras, uno de los apartados clave en la lista técnica de cualquier terminal, y más si es uno de gama alta. El Samsung Galaxy S21+ apuesta por un sistema de triple sensor en la trasera. Este se compone de un sensor telefoto de 64 megapíxeles con apertura de f/2.0, un sensor gran angular de 12 megapíxeles con apertura de f/1.8 y un tercer sensor ultra gran angular de 12 megapíxeles con apertura de f/2.2. Los números pueden llevar a engaño, ya que el sensor principal es el gran angular de 12 megapíxeles. Eso sí, la primera diferencia respecto a los otros dos es la cantidad de información que capta cada píxel, con un tamaño de 1,8um. Eso ayuda a que las fotos sean mucho más detalladas, como si tuviéramos un sensor real de prácticamente 22 megapíxeles. Además, su apertura de f/1.8 supone que podemos captar más luz en fotos nocturnas y conseguir fotos de mayor calidad.
El sensor secundario es el de tipo ultra gran angular, también de 12 megapíxeles y con píxeles con tamaño de 1,4um, que está pensado para que podamos tomar fotos más amplias. Y, finalmente, tenemos el sensor telefoto que es el de mayor resolución: 64 megapíxeles. ¿A que se debe este mayor tamaño? Sencillo. Para poder tomar fotos de muchos aumentos con un nivel de detalle mayor. De hecho, las fotos resultantes con este sensor son de 12 megapíxeles, por lo que se hace este juego de hacer el zoom aprovechando que las fotos son realmente grandes. En realidad, si queremos un zoom sin pérdida de calidad (lo que viene a ser un zoom de tipo óptico) el máximo son los tres aumentos. A partir de ahí pasamos al zoom híbrido hasta los 10 aumentos combinando la inteligencia artificial y la propia lente y luego un zoom digital hasta los 30X. Hay que decir que los resultados no impresionan mucho. Después de probarlo en detalle, tengo la impresión de que mi Huawei P30 responde mejor en este apartado a pesar de tener más tiempo en el mercado.
La cámara principal me ha dejado muy buen sabor de boca. Su rendimiento tanto en condiciones de luz como en escenas nocturnas está a la altura de lo que esperas en una cámara de primer nivel. Uno de los puntos que más me han convencido son la claridad en los detalles. Por ejemplo, a la hora de fotografiar a mi mascota o una personas el detalle del cabello resulta muy fino. Sí que le cuesta a este objetivo llevar a cabo fotos cuando hay algo de movimiento en la persona, algo que le resta un punto de calidad al objetivo.
Lo que sí me gusta mucho es su tratamiento de las escenas en las que hay contraste de luz. También cuenta con una función muy interesante que es la de llevar a cabo un efecto de desenfoque tanto en el sensor gran angular como en el ultra gran angular, lo que te puede dar bastante juego a la hora de hacer fotos de grupo. Cuando usas el modo foto puedes tener activa la identificación de escena automática. Con ello, se optimiza la cámara para responder a lo que tengas delante. La inteligencia artificial trabaja bastante bien y tienes muchas escenas distintas como noche, texto, mascota, comida, persona, etc.
En cuanto a la grabación de vídeo, es un apartado que la compañía ha trabajo mucho y se nota. Empezando por la opción de poder grabar contenidos en 8K a 24 fps. Se trata de una opción que no vas a usar mucho, pero te puede interesar si ya tienes uno de los televisores 8K de nueva generación o si tienes pensado comprarte uno en los próximos años. Más allá de ese punto, me ha encantado su modo de vídeo profesional, el más completo que he visto hasta la fecha. Por ejemplo, a la hora de grabar el sonido, ya que puedes escoger si lo quieres grabar desde todas las direcciones, si quieres que se centre en la grabación de sonido frontal o tras el móvil. Además de la opción de trabajar a través de un micrófono externo por USB o por Bluetooth. Otro punto interesante es el zoom, con opción de acercarlo o alejarlo de forma constante.
Con el nombre bastante rimbombante de «Perspectiva de director» tienes la opción de grabar vídeo al unísono tanto de la cámara trasera como de la delantera. La cámara que escojas como secundaria aparecerá en una miniatura en la parte superior derecha. Lo que más me ha gustado de este modo es que puedes intercambiar el sensor de la cámara trasera que quieras usar (ultra gran angular, gran angular o telefoto) con solo pinchar en su ventanita y ver en tiempo real lo que se grabaría en cada una de ellas (solo se graba el contenido de una de las lentes traseras a la vez).
GRAN CÁMARA PARA SELFIES
Pero, curiosamente, el apartado de las cámaras que más me ha encandilado del Samsung Galaxy S21+ es su cámara delantera para selfies. Me parece que los chicos de Samsung han hecho aquí un trabajo excelente, tanto en la respuesta de este sensor a condiciones de luz o de noche como a su finura. El temido efecto belleza existe, pero está tan bien trabajado que las fotos parecen naturales. También me ha sorprendido la capacidad de fijar el objetivo a pesar de que la parte trasera de la foto esté en movimiento, como por ejemplo al ir en tren. Sin duda, todo un acierto por parte de Samsung. Tienes un modo para hacer foto a una sola persona y otro para selfies en grupo, pero he de decir que se trata de un juego un poco tramposo de zoom, y no a través de un segundo sensor gran angular que podría haberle dado todavía más versatilidad a esta cámara que ya de por sí cumple a gran nivel.
AUTONOMÍA ALGO JUSTA
Y llegamos al que es, para mí, el gran talón de Aquiles del Samsung Galaxy S21+. Este móvil cuenta con una batería de 4.800 miliamperios. Sobre el papel, suficiente para dar mucha guerra a lo largo del día, y más teniendo en cuenta que ya tenemos un tope de resolución Full HD en su pantalla. Claro que ahí entra también el tema de la pantalla de 120Hz, que es donde se puede drenar más la batería. A pesar de la tecnología de Samsung para cambiar el valor de tasa de respuesta entre los 48Hz y los 120Hz, la batería se acaba rápido y he llegado con la lengua fuera al final del día en muchas ocasiones. Con todo, he de decir que desde que me llegó una actualización de Samsung para mejorar el rendimiento del sistema también ha mejorado mucho el desempeño de su batería.
El Samsung Galaxy S21+ es compatible con tecnología de carga rápida a un máximo de 25W. No está mal, en menos de dos horas tienes cargado el móvil. Claro. El problema es que justo antes de este terminal estuve probando uno de Oppo con carga rápida de 65W. Y la diferencia en tiempos y sensaciones es brutal. Con ese móvil podía tener cargado el móvil en algo más de media hora, y la sensación de ir al baño y de que a tu vuelta ya esté a media carga resulta bastante impresionante. Samsung debería ponerse las pilas en este apartado ya que desmerece algo la experiencia final.
Por cierto, lo que sí tiene el Samsung S21+ es la función de carga reversible inalámbrica. Es decir, puedes aprovechar la batería del propio smartphone para cargar accesorios como los Samsung Galaxy Buds. Una buena opción. aunque hubiera sido preferible que el móvil tuviera algo más de carga para aprovecharla más a menudo.
EL 5G POR FIN ES PARTE DE TODA LA FAMILIA
En el campo de las conexiones, la buena noticia es que este año ya no tenemos versiones con 4G y otras con 5G, algo que me parece criticable del año pasado. Ahora todos los modelos son compatibles con estas redes de alta velocidad y lo mismo el Samsung Galaxy S21+. Estas redes cada vez están más presentes en España y si vives en una gran ciudad podrás aprovecharte de ellas. También contamos con Bluetooth 5.0 para conectar a dos periféricos al mismo tiempo y WiFi AC. Como era de esperar, no hay rastro del jack para auriculares, así que si quieres escuchar música a través de cable, tendrás que hacerte con un adaptador o unos auriculares que tengan cable USB C.
En definitiva, un smartphone de primer nivel con muchas luces y algún que otro punto que deja un sabor amargo. La característica del S21+ que más me ha gustado es su diseño, con un toque diferencial con ese módulo de cámaras metálico. Me he quedado con ganas de probar la configuración en color violeta, que al menos en vídeo me ha parecido un puntazo. Pero en general estamos ante un modelo muy bonito, ligero y fácil de manejar. Lo que no me convence tanto es que en este esfuerzo por aportarle minimalismo también nos quedamos con una batería que no aguanta un uso muy intensivo del móvil en el día a día. Eso sí, después de una actualización del sistema que me llegó en los últimos días de la prueba el rendimiento ha mejorado bastante.
En el apartado de las cámaras, las fotos que toman las cámaras principales están bien definidas y el rendimiento en condiciones de poca luz es bueno. No me ha convencido tanto el Space Zoom, con hasta 30 aumentos. Me parece que tiene demasiado ruido y que no alcanza el rendimiento de modelos de la competencia. La cámara delantera me ha encantado tanto como por el uso muy moderado y natural del efecto belleza como por su calidad y enfoque. En definitiva, un smartphone atractivo pero con un precio que lo va a alejar de muchos bolsillos, y que te va a hacer dudar entre este formato o ya apostar por el Samsung Galaxy S21 Ultra, con una cámara más puntera pero un precio más alto.
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