No es coincidencia que el Samsung Galaxy S20 Ultra tenga el apodo ‘Ultra’. Este móvil tensa la cuerda en cámara, en potencia o en diseño,Al margen de la lógica discusión sobre si el mundo de los móviles se ha vuelto loco en los últimos tiempos, este smartphone nos trae un conjunto técnico de primerísimo nivel.
Empezando por su cámara, que ha querido entrar a lo grande en el mundo del zoom para competir directamente con marcas como Huawei. Nada más y nada menos que un zoom de 100 aumentos, eso sí, digital. Y tampoco se queda atrás la pantalla. Samsung tiene los mejores paneles del mercado, pero además le añade la opción de colocar la tasa de refresco a 120Hz para que los menús y los juegos compatibles se vean con un nivel de suavidad y fluidez mucho mayor. Un inciso: te tienen que gustar las pantallas grandes, porque este Samsung Galaxy S20 Ultra tiene un panel de 6,9 pulgadas. Eso sí, en ese caso tendrás que renunciar a disfrutar del zoom de este modelo.
A lo largo de estas tres semanas, he tenido la oportunidad de probar en profundidad este equipo y de usarlo como móvil de cabecera.
UN DISEÑO ATRACTIVO PERO POCO PRÁCTICO
El Samsung Galaxy S20 Ultra sigue la línea del diseño de otros móviles premium de la marca. Esto es, el uso de metal en los laterales y cristal tanto por detrás como por delante y pantalla infinita con cámara perforada, curvas tanto en la trasera como en el propio panel y el altavoz en la zona inferior. Hasta aquí, el ABC de lo que suele ofrecer Samsung en sus móviles de gama alta. No obstante, hay una importante novedad que modifica de forma notable el diseño. También se nota cuando lo colocas sobre una superficie lisa y el móvil queda algo torcido. No es exagerado, pero se nota.
Ahora bien, ¿y en la mano? Ahí ya es otra cosa, por lo menos en mi experiencia. Quizás porque el Samsung Galaxy S20 Ultra es tan grande en si mismo que tampoco se nota demasiado este extra. Y ese es otro de los aspectos que vas a tener que considerar si estás pensando en comprar este móvil. Por muy bien aprovechada que este la pantalla, hablamos de un terminal de 6,9 pulgadas. Es decir, prácticamente lo mismo que un tablet pequeño. Tengo las manos grandes, y aún así a una mano solo cubro la mitad de la pantalla cuando lo agarro. Eso tiene como desventaja que las operaciones cuando no dispones de las dos extremidades a veces son complejas. No penséis mal, por ejemplo en mi caso camino con un bastón y eso hace que no pueda usar las dos manos cuando voy por la calle sin hacer malabares. Como suele ser habitual, en la configuración se puede encontrar un modo para acotar la pantalla y que sea más sencillo trabajar con una sola mano.
Tenemos otro problema asociado con el material usado en la carcasa. Con el cristal, el móvil es más resbaloso. Y no es lo mismo un móvil pequeño que puedes agarrar bien a uno que se te escapa por todos lados. Tengo que reconocer que he tenido un par de sustos, aunque hasta la fecha el Samsung Galaxy S20 Ultra sigue impoluto a pesar de dos o tres golpes.
Además de la resistencia a los golpes, este móvil cuenta con certificación IP67. Es decir, es resistente tanto al polvo como a las inmersiones en el agua. Como sabrás a estas alturas, no se trata de una resistencia real a cualquier tipo de inmersión. Es decir, tanto el agua de la piscina como el agua de mar contienen elementos corrosivos que pueden terminar por estropear el equipo. Lo que sí nos aporta es un extra de tranquilidad en el caso de que se nos caiga al agua por accidente.
A pesar de ser tan grande, este móvil es bastante ligero con 220 gramos de peso y un grosor de 8,8 milímetros (eso sí, sin tener en cuenta el módulo que sobresale de la trasera). También ayuda que estén curvados tanto la pantalla como los biseles para facilitar el agarre. Lo más curioso es que he no han sido pocas las veces en las que he buscado el S-Pen de forma inconsciente, acostumbrado a que los móviles más grandes de Samsung sean los que llevan el lapicero. De hecho, me pregunto qué hará la compañía cuando llegue el momento de presentar el próximo Samsung Galaxy Note. ¿Se sobrepasarán las 7 pulgadas?
Si dejamos a un margen el tema del módulo de cámaras, el Samsung Galaxy S20 Ultra tiene un diseño bastante limpio. En los laterales nos encontramos por un lado los botones de encendido/apagado y subir y bajar volumen a la derecha y a la izquierda sin botones. No es un detalle menor. Samsung ha eliminado el botón Bixby que teníamos en anteriores versiones y que podía llegar a resultar bastante molesto si no se quería aprovechar esta herramienta. Incluso aunque la compañía permitiera en los últimos tiempos cambiar el uso del botón. Parece ser que empieza a capitular con el futuro de este asistente de voz que no ha terminado de despegar (y que además tiene poco que hacer frente a gigantes como el de Google o Alexa).
En la parte superior tenemos la ranura para insertar la SIM y la tarjeta microSD y en la parte inferior la ranura de carga y el altavoz. Del altavoz hay que decir que cumple sin grandes estridencias: aprovecha bien el espacio disponible por el propio tamaño del móvil y ofrece un sonido bastante alto si quieres enseñar vídeos a tus amigos en algún lugar con ruido. Eso sí, el audio se distorsiona bastante más que otros modelos si lo llevas cerca del límite.
En el caso del Samsung Galaxy S20 Ultra hay varios condicionantes a su batería de 5.000 miliamperios. En primer lugar, se ha añadido una nueva función a su pantalla que lleva la frecuencia hasta los 120Hz (como explico en el apartado del panel), pero eso significa reducir considerablemente el tiempo de uso diario. Tampoco tenemos ya por defecto la máxima resolución de la pantalla, ya que por defecto se sitúa en Full HD+ (la mitad de la resolución que puede alcanzar). Entonces, ¿qué significa a nivel práctico todo este galimatías?
Para darte unas cifras orientativas, con el panel a 60Hz y Full HD he conseguido trabajar más allá del día completo de uso (hablando de un uso habitual con ratos de juego, revisar WhatsApp y Slack, vídeos ocasionales, alguna llamada). Con ese mismo uso pero con la pantalla a 120Hz y con Full HD me han faltado tres o cuatro horas para terminar el día completo. Es decir, he conseguido terminar la jornada con el móvil tiritando. Así las cosas, si no aprovechas todo el potencial del móvil tienes un smartphone bastante fiable a lo largo del día pero dejando de lado una de sus novedades más importantes.
Ahora sí, vuelvo a la carga rápida de hasta 45W con la que llega este modelo. ¡Ojo! Para alcanzar este nivel de carga hay que comprar un adaptador y un cable por separado. El adaptador de la caja solo permite un máximo de 25W. Es una pena que pagando esas cantidades no venga de serie el adaptador para aprovechar todo el potencial del móvil. Aún así, con el adaptador de 25W se consiguen unas velocidades de carga muy notables.
En cinco minutos: he pasado del 5% al 15% de carga
En diez minutos: desde el 5% de carga al 25%
En quince minutos: del 5% de carga hasta el 35% de carga
Carga completa: en algo más de una hora desde el 5%
Eso significa que con diez minutos de carga podemos tener dos o tres horas de uso del móvil, más o menos. Con todo, me he quedado con ganas de ver el rendimiento que alcanza el cargador de 45W, que apunta muy alto.
El Samsung Galaxy S20 Ultra también puede hacer uso de carga inalámbrica rápida y cuenta con una función a la que le vas a dar mucho uso si tienes algún dispositivo wearable compatible, como por ejemplo los Samsung Galaxy Buds+. Hablo de ‘Wireless Power Share’, un modo en el que el propio móvil se convierte en una base de carga. Basta con activar la opción dentro de los iconos de las notificaciones y poner el S20 Ultra boca abajo. El gadget se coloca justo en la parte central y comienza a cargarse. Eso sí, más te vale tenerlo en una superficie lisa, porque al tener el móvil una trasera bastante resbalosa si no está equilibrado es probable que el gadget se mueva y deje de cargar (por ejemplo, me ha ocurrido con la caja de los Buds+ en el edredón de la cama).
PANTALLA CON 120HZ
En el campo de la pantalla, estamos probablemente ante el mejor panel que podemos encontrar hoy en día en un móvil. Samsung lleva desde hace años la delantera gracias a sus pantallas con tecnología OLED (las llama SuperAMOLED), que ofrecen un nivel de brillo más alto y unos negros más profundos. Esto segundo se consigue ya que los píxeles se pueden apagar completamente en las escenas oscuras, mientras que en pantallas IPS siempre va a haber un brillo, por muy pequeño que sea. También redunda en un mayor ahorro de energía (y por tanto una mayor autonomía).
El panel del Samsung Galaxy S20 Ultra tiene un tamaño de 6,9 pulgadas, prácticamente lo mismo que un tablet pequeño. La resolución es QHD+ (3.040 x 1.440 píxeles), lo que supone un nivel de detalle de 488 puntos por pulgada. Eso sí, tienes que tener en cuenta que por defecto la resolución que se va a mostrar en pantalla es Full HD+. Fuera de entrar en debates sobre si es necesaria más o menos resolución en pantallas tan pequeñas, a menor resolución podrás disfrutar de una mayor autonomía en el móvil. Sea como fuere, este ajuste se encuentra dentro del menú de pantalla y el submenú de Resolución de pantalla. Sinceramente, entre Full HD+ y QHD+ no he notado la diferencia a nivel de detalle. En paneles pequeños lo realmente importante son otros aspectos como el tratamiento del color, el brillo, el contraste…
En el caso del S20 Ultra, desde hace varias entregas Samsung calibra el panel para que los colores no sean tan chillones o vibrantes, dándole un toque más realista. El nivel de brillo es alto y el contraste está a la altura de lo que venimos viendo en los paneles de la firma. Ahora bien, la gran novedad este año es la inclusión de una tasa de refresco de 120Hz. A los gamers seguro que no les pilla de sorpresa, porque los monitores para gaming llevan un tiempo incluyendo tasas de 144Hz o más. Ahora bien, lo habitual en cualquier pantalla es 60Hz. ¿Y para qué sirve? Para que las animaciones y los movimientos a lo largo de la pantalla sean más fluidas. También dentro de los juegos, aunque no todos son compatibles. Hace unos días elaboramos una lista para que puedas saber cuáles son los títulos que ya puedes correr a este nivel de fluidez.
Con todo, donde más lo vas a notar es cuando te muevas a través de los menús y las pantallas del móvil. El cambio es notable, pero como comento en otro punto también se lleva por delante unas cuantas horas de autonomía (del orden de seis o siete, más o menos). La pregunta es si merece la pena. A nivel personal y para el uso principal que le doy al móvil (más orientado a trabajo y a apps que a juegos) la respuesta es no. Menos en momentos puntuales en los que sí abro un juego que sea compatible, prefiero mantener esas horas de más para no tener que estar pendiente del enchufe. Además, ten en cuenta que los 120Hz solo funcionan con resolución Full HD+, así que tendrás que decidirte entre máxima resolución o máxima fluidez en el caso de buscar el tope de rendimiento.
Como es habitual en los móviles más top de Samsung, la pantalla está curvada a los dos lados, lo que le da una sensación de ser todavía más grande y se funde realmente bien a nivel visual con el diseño del equipo.
Y VAMOS CON EL ZOOM DE LOS 100 AUMENTOS
Es evidente: Samsung ha querido poner toda la carne en el asador en el apartado de las cámaras. Y, además, lo hace tratando de vencer a su principal rival en el universo Android en una funcionalidad muy concreta: el zoom. Hay que recordar que el Huawei P30 Pro del año pasado nos sorprendió a todos con un zoom de hasta 50 aumentos (5 aumentos óptico). Pues bien, ahora Samsung dobla la apuesta con un zoom de 100 aumentos pensado para que podamos acercar todo tipo de elementos que quedan lejos de la vista.
¿Cuál es su valor real a la hora de hacer fotos? No demasiado, al menos en lo que se refiere a las fotos que pasan de los 10-20 aumentos. El trabajo de la inteligencia artificial para reducir el ruido es bastante notable, pero eso no quiere decir que lo vayan a eliminar por completo. Lo que sí te va a servir es para presumir un poco delante de tus amigos, y es cierto que impresiona el alcance de este zoom para un teléfono móvil. También me ha sorprendido para bien su rendimiento en la noche (sin esperar maravillas, claro). Por ejemplo, funciona muy bien para ver detalles de la luna. Claro que lo curioso del caso es que el satélite aparece más definido en el visor que en la foto final que se realiza. Habrá que ver si Huawei también trata de golpear con la misma moneda.
A pesar del trabajo que ha llevado a cabo Samsung, hablamos de un zoom de 100 aumentos. Es decir, no esperes que se trate de un juego sencillo poder enfocar un detalle a esa distancia. La imagen baila mucho y más te vale tener buen pulso o echar mano de un trípode. Lo que sí me parece un acierto total es que la compañía ha añadido un recuadro en la parte superior izquierda de la pantalla con una guía para que sepas a dónde está apuntando el foco. Sin esta guía sería una misión casi imposible poder enfocar correctamente la cámara sin perder mucho tiempo.
El apartado fotográfico principal del Samsung Galaxy S20 Ultra se compone de cuatro cámaras. La primaria tiene una resolución de nada más y nada menos que 108 megapíxeles. Parece que la cosa este año va de centenas. La idea aquí no es hacer fotos que puedan empapelar un edificio entero y que ocupen decenas de megas, sino de que los píxeles se agrupan para mejorar el nivel de detalle de las capturas. En este caso, lo que hace la cámara por defecto es agrupar nueve píxeles en uno (lo normal en las cámaras que hemos visto hasta ahora es que se agruparan cuatro en uno). El resultado: fotos de 12 megapíxeles con píxeles virtuales de 2,4um de tamaño capaces de captar mucha más luz. Esta cámara tiene una apertura focal de 1.8 y estabilización óptica de la imagen OIS.
Por cierto, este año Samsung ha abandonado la tecnología de apertura focal dual de los Samsung Galaxy S10, aunque el rendimiento de la cámara lo compensa con creces. En cuanto a las fotos nocturnas, el rendimiento es notable pero sigue sin estar a la misma altura que lo que hemos visto con los móviles top de Huawei.
El segundo de los objetivos es un ultra gran angular para poder hacer fotos de grupo, estancias reducidas o monumentos y paisajes con mayor amplitud. Una buena forma de que no quede nada fuera de la foto. Eso sí, no evita algo de distorsión al estilo ojo de pez en las fotos. Echo en falta un poco más de corrección en las fotografías que se sacan con este objetivo, y que sí me parece que consiguen otros equipos. La apertura focal de este sensor es de 2.2 y también cuenta con estabilización óptica. Las fotos resultantes tienen una resolución máxima de 12 megapíxeles y cada píxel tiene un tamaño de 1.4um.
El tercer sensor es de tipo telefoto, es decir, añade un zoom óptico a la cámara. La compañía coreana no ha desvelado el zoom óptico concreto que se alcanza. En su lugar, da datos del zoom híbrido, es decir, el zoom que combina el óptico y el digital a través de la inteligencia artificial. Sea como fuere, lo más probable es que estemos hablando de un zoom óptico de 5X. El sensor cuenta con una resolución máxima de 48 megapíxeles, que se agrupan en cuatro para tomar fotos de 12 megapíxeles. El tamaño de los píxeles es de 1,6um.
Por último, el cuarto sensor es la denominada cámara DepthVision. Lo que hace este sensor es aportar información sobre la profundidad de campo para poder llevar a cabo fotos en el modo retrato o bokeh. Es decir, enfocar una parte de la foto y desenfocar en el rostro. Y aquí he de decir que los resultados son espectaculares, incluso por encima de lo que había visto en los Pixel (sin duda, el gran atractivo de los móviles de Google). Si cuentas con una buena iluminación vas a disfrutar de unas fotos con un toque profesional que te van a dar muchísimo juego. Claro que aquí hay un gran pero: para crear estos efectos necesitas tener al sujeto de la foto a una distancia de entre un metro y un metro y medio de distancia. Eso limita el juego creativo en algunos momentos y le resta algo de brillo a la función.
VÍDEO EN 8K
A nivel de vídeo, la novedad más importante del Samsung Galaxy S20 Ultra es su capacidad de grabar vídeos en resolución 8K. Teniendo en cuenta que todavía hay pocos televisores capaces de reproducir esta resolución (y con precios prohibitivos), es evidente que se trata de una función que está pensada para un futuro próximo en el que se popularice el acceso a estas teles. Es una muestra de la potencia de la cámara del Galaxy S20 Ultra, pero a nivel de funcionalidad resulta bastante limitado. Si quieres aprovechar esta función también has de considerar el propio espacio que ocupan los vídeos a este nivel de detalle. Para hacernos una idea del espacio, un vídeo de un minuto en 8K ocupa 575 MB. El mismo vídeo en 4K ocupa un tamaño de 273 MB, algo menos de la mitad.
Más interesante que tener opción de vídeos 8K me parece los añadidos potentes que podemos disfrutar con los vídeos en 4K. Por ejemplo, podemos grabar vídeos en 60fps, es decir, con una fluidez mayor que los vídeos habituales. Y también hereda del Samsung Galaxy Note 10 el modo de vídeo con enfoque dinámico (bokeh). Es decir, que podemos jugar con efectos de desenfoque también en vídeo, lo que nos da un juego enorme a la hora de crear escenas.
Tampoco podía faltar el vídeo a súper cámara lenta en este móvil. Eso sí, con un gran pero y otros peros más pequeños. Los vídeos a cámara súper lenta se graban a 480fps y resolución HD, que luego se lleva de forma digital hasta los 960fps. Nada impresionante si tenemos en cuenta otros modelos que sí apuestan más por este modo, como los móviles de Sony (con grabación Full HD a 960fps). Además, tenemos un tiempo limitado ya que solo se graba alrededor de un segundo a 960fps. Los usuarios pueden optar por un modo para que sea la propia cámara la que detecte el inicio del movimiento o bien grabar un vídeo de cuatro segundos y decidir más tarde dónde colocar la cámara lenta. Bastantes limitaciones para un modo muy chulo pero que ha quedado en un segundo plano para potenciar otras características de la cámara. De hecho, tanto el Samsung Galaxy S20 como el S20+ sí que son capaces de grabar con resolución Full HD a 960fps.
MODOS Y CONTROL DE LA APP
La app de cámara también se ha actualizado con algunas novedades interesantes. La que más llama la atención es el nuevo modo de captura única. ¿Qué significa esto? A lo largo de unos diez segundos, la cámara registra todo lo que estés grabando a través del móvil y lleva a cabo una composición automática. Esto incluye tanto capturas simples como vídeos cortos e incluso imágenes con distintos filtros. El resultado es muy desigual según la escena que estés intentando inmortalizar. Los mejores resultados los obtendrás cuanta más gente y acción haya alrededor tuyo. Desgraciadamente, en estos momentos de cuarentena por el coronavirus poca acción he podido grabar a mi alrededor (ojalá más pronto que tarde todos podamos retomar una vida normal y se aleje la sombra de muerte de esta pandemia).
Tampoco podía faltar el modo noche. Lo más interesante de este modo a mi entender es el pequeño icono en forma de luna que encontrarás en la pantalla con una cantidad de tiempo. Dicha cantidad varía según la luz que tengas a tu alrededor: cuanta más falta de luz más tiempo tendrás que mantener el móvil fijo para que la cámara capture información y las fotos salgan más definidas.
Para aquellos que quieran sacar todo el jugo a la cámara del S20 Ultra, contamos con un modo profesional tanto para tomar fotos como para vídeo. En los dos casos se pueden controlar parámetros como el valor ISO, el balance de blancos, la temperatura de la foto, la velocidad del obturador o el cambio entre enfoque manual y enfoque automático. No hay duda que esto te va a dar mucho juego si ya estás acostumbrado a una fotografía con un punto más profesional. Eso sí, para la mayoría de los usuarios la propia optimización de la cámara será suficiente. Otros modos con los que contamos son los habituales modo panorámico o el modo comida.
Samsung también ha incluido el modo Bixby Vision para analizar los elementos que enfocamos y sacar información. Por ejemplo, podemos obtener información de un monumento o sitio emblemático al que estamos enfocando, buscar un objeto para comprarlo o incluso ver opiniones y precio oficial de una botella de vino. También tenemos distintos efectos de realidad aumentado. Eso sí, se nota que estos modos no han tenido mucho éxito, ya que tienen una importancia secundaria en la app (antes tenían mucho más protagonismo).
CÁMARA SELFIE DE 48 MEGAPÍXELES
Y terminamos el apartado de la cámara con su sensor delantero. En este caso, tenemos un solo sensor que está perforado directamente en la pantalla para ocupar menos espacio. Eso sí, con una calidad bastante alta. Hablamos de un sensor de 40 megapíxeles que utiliza la misma tecnología de fusión de píxeles. Es decir, se combinan cuatro píxeles en solo uno para conseguir imágenes más definidas con resolución de 10 megapíxeles. Los píxeles pasan de un tamaño de 0,7um a 1,4um cuando están agrupados.
Este sensor hace un juego algo «tramposo» para añadir un modo de selfie panorámico que no es tal. Se trata de usar un pequeño zoom para que tengas la sensación de que hay una mayor amplitud cuando quieres sacar una foto de grupo, pero la verdad es que la diferencia entre unas fotos y otras no tiene nada que ver con lo que se podría conseguir en el caso de usar un segundo sensor gran angular o ultra gran angular para este tipo de retratos.
En definitiva, las fotos que se consiguen con la cámara selfie tienen un buen nivel de detalle y se defiende bastante bien en condiciones de poca luz, aunque he echado en falta un segundo sensor gran angular para poder llevar a cabo selfies de grupo.
RENDIMIENTO ALTO
En las entrañas del Samsung Galaxy S20 Ultra nos encontramos con uno de los procesadores más potentes del momento. Se trata del modelo Snagdragon 865, . Según los datos que ha compartido la compañía, el rendimiento de este chip es un 20% más potente tanto en la GPU (el procesador gráfico) como en la CPU respecto a los modelos top del año pasado.
Este procesador se combina con una memoria RAM que puede ser de 12 GB para la versión de 128 GB o de 16 GB para la versión de 512 GB. En mi caso, he podido probar la versión más ‘básica’ de 12 GB / 512 GB. A nivel de fluidez, esta configuración es más que suficiente para poder correr al mismo tiempo un gran número de apps en segundo plano sin sufrir ningún tipo de ralentización.
¿Y qué hay de los juegos? Lo que se podía esperar en un móvil top. Cero parones, animaciones fluidas y una experiencia de primer nivel. Y más si le añadimos a la potencia del propio procesador el extra de la pantalla a 120Hz (en los juegos que sean compatibles). He probado algunos juegos compatibles como Marvel Strike Force o Ace Force: Strike Combat y también otros que no lo son pero tienen una carga potente de gráficos como el Asphalt 9. En todos los casos la experiencia ha sido muy satisfactoria.
Eso sí, hay que decir que es un móvil que tiende a calentarse con facilidad. No hasta niveles desagradables, pero sí que se nota el cambio de temperatura cuando se le empieza a dar caña con los juegos o al usar la cámara.
En cuanto a la memoria interna, hay que decir que las pruebas a las que le he sometido han arrojado unos resultados de más de 900 MB/s en lectura y en torno a los 200 MB/s de escritura.
APLICACIONES PROPIAS
Como es habitual, el Samsung Galaxy S20 Ultra cuenta con el ecosistema de aplicaciones propio de Samsung. A día de hoy, es el más rico que puedes encontrar en la plataforma Android, y de unos años a esta parte la compañía ha querido rebajar la carga de apps preinstaladas dejando a tu elección instalar el resto desde su portal Galaxy Apps.
RUTINAS DE BIXBY
Seamos sinceros. Hay un motivo por el que el botón Bixby ha desaparecido del diseño de los Galaxy. El asistente de Samsung es una apuesta perdida, que no ha convencido a los usuarios a pesar de los intentos de la compañía de hacerle un hueco en nuestras vidas. O, quizás, en parte el fracaso se debe a ese esfuerzo invasivo de meternos a Bixby hasta en la sopa. La compañía coreana ha ido entrando en razón y poco a poco se ha ido relegando al asistente a un segundo plano mucho menos molesto.
Ahora bien, entre toda esta maraña hay una función que es similar a las rutinas del asistente de Google y que me ha parecido bastante útil si le coges el tranquillo. Son las rutinas de Bixby, una serie de acciones predefinidas que se ejecutan de forma automática cuando se cumplen una serie de condiciones. Se entiende mejor con ejemplos. El más típico es el de la rutina de Buenos Días. A una determinada hora se enciende la alarma con una lista de Spotify, se activa el Always On Display y se encienden datos y conexión WiFi (los puedes marcar como apagados a partir de una determinada hora).
Más ejemplos. Marcas el lugar donde trabajas para que al llegar a la oficina se vuelva a activar el volumen del teléfono, pongas el modo de lectura para no dañarte los ojos y suenen las notificaciones. Y así con una gran cantidad de opciones para manejar todas las funciones que necesites del móvil. Requiere echarle un rato largo, pero si quieres explotar un uso más inteligente del móvil creo sinceramente que merece la pena.
GAME LAUNCHER
Esta app quiere servir como plataforma para almacenar y acceder a nuestros juegos dentro del móvil. De lo más interesante que nos ofrece el Launcher es la opción de silenciar las notificaciones cuando estemos en medio de una partida, de forma que nos podemos centrar en el juego. También podemos configurarlo para que al jugar se configure el rendimiento. Eso sí, existe una gran laguna por el momento (a menos de que la opción esté escondida y no la haya visto) que es la de no contar con una opción para poner automáticamente la pantalla a 120Hz cuando vayamos a jugar. Desde Game Launcher también podemos ver cuantas horas hemos jugado a los distintos títulos o incluso vídeos de YouTube relacionados con un determinado juego.
SAMSUNG SMARTTHINGS
Si eres fan de Samsung es probable que el Galaxy S20 Ultra no sea el único dispositivo de la firma que tengas. En este caso, puedes echar mano de la app de SmartThings para controlar y disfrutar de diversos aparatos como un robot aspirador, la tele, el aire acondicionado, etc. La app tiene un estilo muy visual y su manejo resulta sencillo. Pero tiene un gran pero: solo funciona con dispositivos de Samsung. Eso limita mucho su utilidad si tienes dispositivos inteligentes de otras marcas. En este caso, es más recomendable optar por alternativas con Google Home, con un diseño menos atractivo pero con más funcionalidad.
SAMSUNG GALAXY WEARABLE
Otra de las apps a las que le vas a sacar partido si tienes otros dispositivos de Samsung, en este caso wearables como los auriculares sin cables, alguno de los smartwatch o pulseras. Uno de los puntos más interesantes es que la sincronización se hace casi de forma automática. Por ejemplo, con los Buds+ lo único que tuve que hacer fue sacarlos de la caja y enseguida me apareció en la pantalla del móvil una notificación para emparejarlos. Después, desde la app puedes configurar distintas opciones y conocer el estado de carga de los gadgets. En general, es una app bastante atractiva y fácil de usar.
SAMSUNG HEALTH
Termino este pequeño repaso por las apps propias de la compañía coreana con Samsung Health. Se trata de la plataforma para realizar deporte y cuidarse de la compañía. Aunque está pensada para usar con alguno de los gadgets deportivos de la marca, también puede aprovechar el uso de los propios sensores del móvil para funcionar. Así, por ejemplo, puedes seguir el recuento de pasos diarios o llevar a cabo distintas rutinas deportivas. Eso sí, hay que tener en cuenta que el propio tamaño del móvil hace difícil que lo vayas a llevar en el bolsillo mientras te entrenas. También me ha gustado el apartado de desafíos, en los que puedes picarte con otros amigos para poneros en forma juntos.
La compañía coreana ha hecho muchas cosas bien con este terminal y ha reforzado otras que venían cojeando de versiones anteriores. Entre ellas, el apartado fotográfico, que ha recibido importantes novedades como el zoom de 100 aumentos (se dice pronto) o la grabación de vídeo en 8K. El propio rendimiento del zoom es muy bueno si tenemos en cuenta que es un móvil, aunque también supone algún que otro sacrificio como tener un diseño menos limpio con el módulo de cámaras sobresaliendo de la trasera. Otra función que no tiene desperdicio es la de enfoque dinámico para crear efectos de bokeh, disponible tanto en foto como en vídeo. De la cámara lo único que he echado en falta es el modo macro para hacer fotos en detalle, que tan bien funciona en los Huawei P30.
Del diseño tenemos luces y sombras. Al margen del módulo de cámaras, me ha parecido excelente el trabajo que se ha hecho con la trasera para evitar las huellas en el cristal. Eso sí, la contrapartida es que es bastante resbaloso, por lo que te puedes llevar más de un susto al usarlo. Poco que decir de la pantalla, excepto que es lo mejor que vas a encontrarte en el mercado hoy en día. Además, la inclusión de los 120Hz hace que la experiencia sea más fluida (aunque en perjuicio de la batería).
Hablando de la batería, deja un buen sabor de boca pero no impresiona si desactivas los 120Hz para el uso habitual. Si lo tienes activado, estarás obligado a poner a cargar el móvil al final de la jornada y puede llegar a quedarse corta si haces un uso muy intensivo del equipo. La plataforma de apps tiene la misma línea de continuidad pero además se ha vuelto a reducir el impacto de Bixby, ese molesto compañero que casi nadie usa. Por cierto, sus rutinas tienen mucho interés si quieres un móvil más inteligente y automatizado.
En definitiva, un móvil top con un universo de posibilidades por descubrir si tienes la paciencia para ir rascando bajo la superficie, y que es una evidente mejora respecto al Samsung Galaxy S10+. Eso sí, con un coste que lo va a alejar de la mayoría de los bolsillos.
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